Mario Mérida. Escritor, comunicador y docente universitario
Esta semana escuché críticas acerca de la actitud tolerante del guatemalteco con relación a la situación del país, planteada como novedosa en relación con las coyunturas electorales pasadas. La situación no es tan diferente a la que se vivió en la antesala al retorno del orden constitucional (1986). Lo cierto, es que los guatemaltecos de 36 años que representan la franja más importante de electores, están atribulados por las circunstancias -postpandemia, violencia, escasez de empleo, precios altos, salarios y jubilaciones estáticas, coronadas por el desencanto político-, en consecuencia mayormente susceptibles a la influencia mediática, principalmente de las redes sociales que operan como distractores perversos de la realidad, mediante información procesada conveniente o simplemente desinformando, para provocar altos niveles de ira contra el sistema, aún desconocido para algunos y repudiado por otros, ambas condiciones favorables a la manipulación de la ciudadanía.
Un ejemplo palmario, es la propaganda difundida desde hace aproximadamente 45 días, sobre el mundial de futbol -64 partidos- a realizarse en la ciudad de Catar (20/11 al 18/12/2022). Evento controversial futbolísticamente hablando, por los escándalos relacionados con supuestos actos de corrupción que incluye rumores de soborno a los jugadores de la selección de Ecuador, para perder frente al equipo catarí[1]. Lo que trajo a la memoria las acusaciones de cohecho a miembros de FIFA, caso supuestamente aclarado. Pero existen otros hechos acerca del mundial de futbol.
A inicios de este año, la BBC News Mundo (01/abril/ 2022[2]), informó que: “en 2016, Amnistía Internacional (AI) acusó a la monarquía catarí de usar mano de obra forzada: trabajadores que vivían hacinados, pagaban para ser contratados, no cobraban a tiempo y tenían sus pasaportes confiscados”. La noticia no trascendió, por lo que no hubo pronunciamientos ni amenazas de boicot. Tampoco se han cuestionado las normativas emitidas por las autoridades de Catar, que no se aprecian amigables y evidencian su falta de preparación cultural y social, para un evento que reúne a miles de personas de diferentes nacionalidades; la mayoría pertenecientes a las clases altas en sus países de origen.
Algunas de las advertencias publicadas en el reportaje de Marcela Ortiz-Rubio, en su nota ¡Atención! Esto es lo que NO debes hacer en Qatar! (30/agosto/2022[3]), resalta entre otras advertencias: “… consumo de alcohol, autorizado solamente en “hoteles, restaurantes y clubes”. En cuanto a la forma de vestir “las mujeres no deben mostrar demasiada piel y cubrir los hombros, la parte superior de los brazos y las rodillas. Los hombres pueden usar pantalones largos o jeans y camisas”.
Es claro que las demostraciones de afecto en público, naturales en el mundo occidental están prohibidas: “ Cualquier demostración de intimidad en público entre un hombre y una mujer en Qatar puede estar mal vista e incluso llegar a ser ilegal. Si viajas con tu pareja pero no estás casado/a, en teoría no podrás compartir una habitación de hotel”. Algunos hoteles piden prueba de matrimonio para huéspedes de todas las nacionalidades”. Asimismo, hay limitaciones para tomar fotografías “sin permiso, en sitios militares, religiosos u oficinas de gobierno y hablar en público con mujeres”. Además de lidiar, con el caluroso clima imperante por estas fechas o cualquier otra cosa que se le ocurra al gobierno caterí.
Otra limitación cultural no tan importante, pero que no se debe obviar, es la concerniente al empleo de la mano izquierda para comer o saludar, “… ya que los oriundos de Qatar reservan la mano izquierda para la higiene personal, no te sientes de espaldas a tus anfitriones y no muestres las plantas de los pies”. A lo anterior hay que sumar los costos para asistir por 8 días a Doha a ver los partidos para el tercer y cuarto lugar, con precios que oscilan entre los 82€ y los 425€, mientras que la gran final tendrá un valor de más de 1.600€ por una localidad de primera clase. Categoría 1: 1,615€[4]. El precio del boleto de avión a Doha es de $ 6,439 (25/11), en tanto, que la habitación por noche va desde $ 175 hasta $ 532. Con estos precios creo que poquísimos guatemaltecos viajaran al mundial, pero no por esto dejaran de estar pendientes en restaurante y hoteles que ofrezcan este servicio.
El mundial de fútbol es un formidable distractor, justo en el cierre del año fiscal, en el preámbulo del inicio formal del proceso electoral y del último año de gobierno, período ideal para la elección de Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, de Salas de Apelaciones y otros ajustes en la administración pública.
Así que desarrollar actividades académicas relativas a la coyuntura actual, sobre las perspectivas económico-sociales del próximo año o las elecciones generales, es una tarea titánica por la demanda de atención que atraerá la justa futbolera global. Así que la normalidad iniciará con la convocatoria a elecciones generales (20/enero/2023).
[1] José Gregorio Martínez. https://panampost.com/jose-gregorio-martinez/2022/11/18/catar-2022-escandalos-restricciones-boicot/
[2] https://www.bbc.com/mundo/noticias-60956441
[3] https://www.admagazine.com/articulos/qatar-lo-que-no-debes-hacer
[4] https://www.sport.es/es/noticias/mundial-futbol/cuestan-entradas-mundial-qatar-78378791#: