Julio Abdel Aziz Valdez
Así como lo leen, un semestre entero donde la verdadera resistencia de los estudiantes fue el asistir a clases, en el único centro educativo en el país y creo que a nivel continental donde todavía se hace en forma virtual.
Muchos docentes iniciaron tarde sus clases, y otros simplemente no las dieron, decenas de miles de estudiantes tomaron sus clases en medio de burlas y amenazas proferidas por grupos reducidos de activistas que más que llamar a la resistencia intentaban dominar a la enorme masa de jóvenes. Un semestre donde las clínicas y bufetes dejaron de funcionar, y los verdaderos financistas de la educación universitaria simplemente tuvieron que ir a otro lado y pagar el importe de consultas.
Los políticos ideólogos de este movimiento no dejaron de percibir un solo centavo de sus salarios, más aguinaldo y vacaciones, así es, con vacaciones y es que muchos de los que hicieron causa común con los estudiantes ahora tendrán vacaciones.
Y si esta es una tragedia para el presupuesto universitario, hay algo peor, se demostró lo manipulables que son los jóvenes estudiantes, al menos los que activaron, en relación a las patrañas con las que los políticos les convencieron: que defendían la educación universitaria pública, la autonomía o peor aún que luchaban contra la privatización, estos tres argumentos suenan mejor en la cabeza del activista, que tiene tiempo suficiente, que el servir de plataforma para que otros políticos tengan la oportunidad de enriquecerse, que es para lo que realmente sirvieron, tal y como sucedió durante el conflicto armado, decenas de patojos murieron para que un grupito de comandantes vivieran de las inversiones realizadas con el dinero de extorsiones o de financiamientos de ongs.
¿Cuál es balance que podemos hacer de estos seis meses? Y sumemos dos más entre fin e inicio de año 2023, pues bien, se confirma que, quienes no ponen plata de sus bolsillos, con la ajena hacen lo que gana les da. La USAC sigue funcionando y espera que los supuestos estudiantes y esos docentes que apoyan y ya cobraron se cansen, y los estudiantes y sus referentes ideológicos esperan 2 cosas, o bien que suceda un milagro que haga que el Rector renuncie o bien que todos se cansen tanto que al final lo que negociaran es la impunidad de sus actos corruptos y delincuenciales, como hemos dicho en otras ocasiones, además de que algunos van a ser recompensados, así como lo leen, recompensados por sus esfuerzos con puestos con salarios jugosos y prebendas.
La ciudadanía tiene frente a si el mayor declive de la institucionalidad de la universidad, algo que jamás se vio durante todo el conflicto armado con todo y que cientos de jóvenes y docentes se fascinaron con las luces de la revolución y luego convirtieron las aulas en campos de batalla. La lucha por el saqueo y por las ansias de poder de corruptos y políticos de izquierda defenestrados han cavado un enorme agujero donde la inversión se detuvo, los activos se deterioraron, miles de trabajadores de servicios y parqueos que no pueden hacer su trabajo en línea siguen cobrando puntualmente y lo peor de todo, estudiantes que no pudieron estudiar o los que negociaron condiciones para ganar cursos sin cursarlos y con ello mantener la “digna resistencia” con la toma al frente y con inasistencias y puntos extras atrás, claro, de esta manera como no creerles a aquellos que se asumen como adalides de la lucha contra la corrupción.
Los nuevos políticos están usando esta toma como escuela, y ¿qué han aprendido? Pues a formular un discurso, repetirlo hasta convertirlo en realidad y luego con violencia imponerlo o negociar, y no se preocupen por el dinero, mientras haya contribuyentes seguiremos funcionando o al menos eso se esperaría para el venturoso año 2023.