Diseñemos más ecosistemas empresariales en Guatemala

En 2018, convoqué a una reunión de gerencia rutinaria. Sería presencial, como lo eran todas antes de la pandemia. En esos días, los enlaces por vía telefónica se acostumbraban para quienes estuvieran fuera del país y no era usual que los colaboradores basados en Guatemala participarán a distancia. 

Por Manuel Ramírez Archila
Country Managing Partner
EY Guatemala

Uno de nuestros gerentes basado en Guatemala -del equipo de Consultoría en Tecnologías de la Información- se unió a la reunión vía telefónica. Iniciamos, cubrimos agenda y, al finalizar, pregunté qué le había pasado para no poder llegar presencialmente a las oficinas. Me dijeron: “…es que aquel vive en [el municipio de] Chimaltenango, está en un proyecto desarrollando software para la oficina de EY en Estados Unidos y perdía mucho tiempo viniendo a la ciudad solo por participar en esta reunión…”.

De inmediato lo contacté y averigüé un poco más en que andaba. Me comentó que efectivamente, junto con 2 más de su equipo, estaba trabajando un proyecto de desarrollo tecnológico apoyando la oficina de EY en Estados Unidos. Recordemos, era 2018 cuando era inusual hacer el trabajo desde un lugar distinto al de las oficinas. Entonces, le pregunto: ¿Y desde donde están trabajando? ¡Desde mi casa! Respondió. 

 A los días, junto con otros socios de la firma, fuimos al municipio de Chimaltenango a conocer la casa de nuestro colaborador. Conocí el lugar donde trabajaban y, aunque en el amor incondicional de los papás quienes hasta movieron la sala para darles un espacio, claramente no estaban en la instalación adecuada para trabajar. Debíamos encontrarles una solución para tener un área de trabajo formal con las condiciones y bajo estándares de EY.

Para las multinacionales -en general-, es difícil la apertura de un nuevo sitio. Preparamos el caso de negocio, lo sometimos a consideración del Comité Ejecutivo de la firma y logramos aprobación. En 2019, EY Centro América abrió una oficina en Chimaltenango (EY TENANGO), se dedicaría al desarrollo de tecnologías de la información y ya contaba con 8 colaboradores. 

Proyectamos que, para 2023, debíamos tener alrededor de 40 colaboradores de la localidad. El talento humano calificado, podríamos reclutar de las Universidades del sector, ya que tienen presencia las Universidades Mariano Galvez, Panamericana, Galileo y San Carlos de Guatemala; en ocasiones, podríamos apoyarnos en organizaciones no lucrativas del lugar que brindan coaching a los jóvenes para fortalecer sus habilidades y lograr una positiva adaptación al mercado laboral. Además de las condiciones laborales, entre los atractivos para trabajar con nosotros estaría el seguir viviendo en Chimaltenango y no trasladarse a la ciudad, donde las condiciones actuales de costo de vida y transporte dilatan los sueños de ahorro e inversión a los jóvenes profesionales.

Aprovechando la Ley Emergente para la Conservación del Empleo del 2016, calificamos el proyecto en el Régimen de Maquila como Prestadora de Servicios vinculados a las tecnologías de la información. Hoy, hemos superado las expectativas y ya contamos con alrededor de 80 colaboradores con un promedio de edad de 26 años quienes se dedican a trabajar proyectos de desarrollo de software, automatización de procesos (RPA), diseño de experiencia (UX/UI), servicios de datos, inteligencia artificial, implementación de plataformas ERP, CRM y core bancarios. Áreas de mejora… sin duda las hay; buscamos conocerlas pronto para accionar al respecto cuanto antes. 

En varias ocasiones he tenido la oportunidad de compartir la historia -con muchos más detalles y datos- a consultores que diseñan estrategias e ideas para la atracción de la inversión extranjera a Guatemala. Con el tiempo, hemos observado que varios desarrolladores de software trabajan free lance desde el municipio de Chimaltenango, pero todavía nadie más con la estructura y visión de exportación de servicios en la que nosotros lo hemos estado haciendo. 

Ojalá lográramos posicionar al municipio de Chimaltenango y al país, como un cluster de atracción de inversión en las áreas de tecnología de la información y que las Universidades continúen graduando profesionales capacitados en el área. Además de libertad económica y certeza jurídica, juventud y excelente nivel académico son los mejores imanes para cualquier inversión extranjera: en el contexto adecuado, la academia de alto nivel siempre dará frutos.

Pero, además de asumir como empresarios los retos de diseñar estrategias para crecer en nuestros modelos verticales de negocio o de atraer la inversión extranjera, qué tal si ponemos sobre la mesa otra posibilidad: ¿Por qué no diseñar estrategias que permitan construir un ecosistema económico con centro de gravedad en el municipio de Chimaltenango? 

Recordemos que los ecosistemas económicos suelen entenderse como una colaboración en donde las empresas combinan sus ofertas individuales en una solución coherente orientada al consumidor. ¿Qué tal si los empresarios locales diseñamos estrategias que nos permitan combinar -por ejemplo- los centros de investigación y desarrollo de las Universidades, médicos profesionales, farmacéuticas, telecomunicaciones y desarrollo tecnológico? Podríamos estar hablando del diseño de un ecosistema que ofrezca una solución de telemedicina a las áreas rurales cuyos habitantes ya tienen un teléfono celular, pero no tienen “cerca” un centro de atención médica. En este ejemplo, además de cubrir una necesidad básica que mantiene un porcentaje de la población, se fortalecería el mercado local y habría múltiples ganadores.

Son procesos que requieren inversión económica, un propósito correcto, tiempo y paciencia. Pero suena a que vale la pena moverse.

Para conocer más sobre la Historia de EY en Chimaltenango: 

https://youtu.be/EYGDEjSMUgk?si=UN7KKbjYDhVH9b0-

 

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