Mario Mérida. Escritor, comunicador y docente universitario
Esta semana se cumplieron 25 años del reciclaje realizado en la Policía por asesores vinculados con la Guardia Civil española, de la que heredó entre otras cosas el uniforme y algunas normativas. Por lo que se escuchó de los discursos durante esa celebración, en las próximas elecciones ya no escucharemos promesas alrededor de la seguridad, tampoco volveremos a escuchar de planes de seguridad por Semana Santa, del día de la Madre o Navidad, porque ya funciona el andamiaje para asegurar el cumplimiento de una de las tareas básicas del Estado guatemalteco… la seguridad; que debería apoyarse en una buena estrategia de comunicación, sin mayor desarrollo en los últimos años. Hoy comparto con los lectores de PERSPECTIVA, este artículo publicado hace unos años en el vespertino La Hora, como integrante del CEES (14/05/2014), cuya importancia continua vigente.
La seguridad es cuestión de percepción humana y generalmente se forma por las notas periodísticas que difunden los medios de comunicación, multiplicada por el ciudadano que le agrega su juicio de valor y lo comparte en la casa, el trabajo, las reuniones sociales, deportivas, etcétera y finalmente los grupos con intereses políticos, que maquilan esa percepción para generar pánico. Hay varias versiones que tratan de explicar ese efecto como algo no intencionado, sino como el resultado de la ineficiencia estatal -mientras en los organismos de seguridad y justicia existan funcionarios mediocres habrá noticia, decía un viejo reportero-
Sin embargo, lo que realmente mueve la nota periodística, es la competencia entre los medios por servir de manera eficiente a su público objetivo, unos de manera responsable y veraz, otros más preocupados en la rapidez de difundir la noticia, es esta última circunstancia la que da lugar a noticias sustentadas generalmente en versiones primarias o a conjeturas sobre hechos no confirmados totalmente. Independientemente de las explicaciones que puedan existir al respecto, lo cierto es que los medios cumplen una función…informar, esa es su razón de ser. La cuestión para quienes hacen gobierno en cualquier área es preguntarse ¿Cómo aprovechar el poder de los medios, en la consolidación de sus políticas?
Una primera opción es centrarse en la prevención. El ciudadano necesita información de primera mano para tomar decisiones que mejoren su seguridad, para esto es necesario diseñar una política de comunicación, con indicadores perfectamente definidos. Un buen ejemplo es la labor que realizan algunos medios audiovisuales, informando sobre el estado del tránsito, reduciendo de esta manera los embotellamientos y reduciendo la posibilidad de accidentes viales, es tal el volumen de información que prácticamente van guiando a los conductores, sin verlos físicamente, la televisión también hace su aporte, pero no con la inmediatez de la radio.
Si la policía mantiene un mapa de violencia, puede situar retenes y prevenir al ciudadano –a la vez que disuade al criminal- de que, a lo largo de su recorrido, cerca de su vivienda, lugar de trabajo, colegio de sus hijos, etcétera hay presencia de la autoridad para protegerlo o para recibir información acerca de hechos anómalos que le ayuden a mejorar la seguridad.
Otra propuesta es enviar a personal entrenado a los lugares en donde ocurren acciones delictivas, para que informe con propiedad a los medios que asisten en búsqueda de información, para reducir la posibilidad de que los bomberos, testigos presénciales o los que llegan después de sucedido en hecho den sus versiones particulares, esto también ayudará a la labor del Ministerio Público, porque evitara que el fiscal y su equipo se distraigan atendiendo a los medios, en lugar de proteger y recoger evidencias en el lugar del incidente que les permitan orientar la investigación.
Una última proposición es la convocatoria a conferencias de prensa de manera periódica, por quienes tienen a su cargo la política de seguridad ciudadana, para informar y dar respuestas coherentes a las interrogantes que surjan de los reporteros, por supuesto que para eso, es necesario tener a mano estadísticas, gráficas, mapas de situación e informes precisos que sustenten los logros obtenidos, sin dejar de aprovechar la oportunidad para hacer recomendaciones de cómo proceder ante determinadas circunstancias, reiterar los números telefónicos de emergencia, solicitar la cooperación ciudadana y ofrecer apoyo para implementar sistemas de información ciudadana, por mencionar algunas recomendaciones. Esta propuesta es parte de una estrategia denominada “crimen prevention throug environmental Design” (CPTED), aplicada en otros países, la cual orienta su esfuerzo en el entorno situacional. La CPTED centra su esfuerzo en tres aspectos: 1. La localización del espacio donde se dan los delitos o victimización, 2. La ubicación del área dónde se manifiesta la percepción del temor y 3. La localización de la zona en el cual se percibe desorden social. (Andreas Hein)
Los medios pueden ser buenos aliados en el combate al crimen y en la consolidación de estrategias de prevención. Por ejemplo, muchos guatemaltecos quisiéramos conocer los resultados concretos de las políticas de seguridad y principalmente de los programas de seguridad locales. ¿Han funcionado?, ¿Qué hay que hacer para que se implemente en mi barrio, colonia o zona… y si no ¿Qué van a hacer?